Bienvenido a uno de los tantos monumentos que hemos construido para celebrar nuestra imparable necesidad de comprar cosas que ni siquiera necesitamos... Verdaderos templos para celebrar nuestra voraz naturaleza, estos inmensos centros comerciales son a la vez impresionantes y terribles.
Es como si cada tienda fuera una trampa esperando atraer a sus víctimas, cada una con una carnada diferente, para complacer diferentes gustos. Y aún así, cada vez que ponemos un pie en estos lugares es imposible no vagar por ellos buscando satisfacer necesidades que no sabíamos que existían.
Lugares como estos no ayudan a controlar nuestra voracidad así que visítalos con cuidado...
... O mejor aún, evitarlos ;-)
ReplyDeleteMe gusta la foto, Carlos, si bien es cierto estos lugares son un monumento del consumismo, hay que también darle crédito a las bonitas formas que se pueden encontrar ahí, entre luces, vidrios y pasillos brillantes...
Un abrazo,
Katmarce--
submarinopimienta.blogspot.com
Ja ja ja!!! Imposible evitarlos, Kat... siempre habrá algo que tendrás que ir a hacer a estas interesantes trampas comerciales :-)
ReplyDeleteNo hay duda que son visualmente atractivos... es parte del truco!
Saludos!
C.
Son como las plantas carnívoras: lanzando aromas atractivos para sus presas jejeje!!
DeleteA cada rato me agarran con esos ardides! Pero comparado con lo que solía andar por esos lugares, ahora ya no voy casi nada. :-)
DeleteCuriosamente, me fascinan las estructuras que logran. Las tiendas, no tanto. Por suerte, el contenido de la Librería Internacional es el que me interesa más y único lugar en el que entro.
ReplyDeleteTremenda foto. Cualquiera pensaría que hay otros cinco pisos más abajo.
Hola Sergio, gracias por tu comentario!
DeleteCoincidimos en la Librería Internacional, pero debo admitir que paso este lugar con más frecuencia de lo que debería! Parece que los aromas atractivos que menciona Kat en su post me atrapan de vez en cuando!
Saludos!
C.