La perspectiva de la vida cambia mucho de especie a especie e inclusive de persona a persona. Para todos los efectos prácticos es como si algunas personas vivieran en su mundo y otras en el suyo, casi sin contacto real.
Como para los peces todo lo que existe está bajo el agua y lo que está por encima es una realidad inexplorable, así pueden ser las vidas de algunos en los ojos de otros.
Este es uno de los grandes males de la sociedad: fomentamos que existan esos "mundos diferentes" y dejamos que las interacciones personales se vayan perdiendo para darle paso a formas más sintéticas de comunicación.
Como los peces, a veces debemos hacer un esfuerzo y saltar fuera del agua, debemos adentrarnos en ese mundo que creemos es diferente, pero que necesitamos para sentirnos completos.