Mis veranos no dejan de pasar y parece que lo hacen cada vez más rápido...
No es porque cuente mis años. Hubo unos días hace un tiempo en que honestamente no supe si tenía treinta y tantos o treinta y tantos y uno más: creo que nunca me ha importado mi edad física en realidad. Ya empezará a importarme a medida que se me haga más difícil hacer lo que disfruto más, pero ya lidiaremos con eso cuando llegue el momento...
La razón por la que me doy cuenta del pasar del tiempo es este maravilloso árbol. Mi árbol favorito: el Cortez Amarillo. Cada año se ven unas cuantas de estas bellísimas criaturas en el Valle Central y pasan dos cosas cuando los veo: me maravillo de su belleza y me acuerdo que pasa un año más en mi vida.
Espero poder seguir contando el pasar de los años con las visiones del amarillo de sus flores contra el limpio azul de nuestro cielo de verano.
C.